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La Oración en el Islam

El profeta Musa (La paz sea con él) (1)

El profeta Musa (La paz sea con él) (1)

Sayyedina Musa es descendiente de uno de los doce hijos de sayyedina Ya’qub (quien también fue conocido como Israel) cuyos descendientes se llegaron a conocer como las doce tribus de la Tribu de Israel.

Sayyedina Musa (cuyo padre se llamaba Imran descendiente de Levi, uno de los once hermanos de sayyedina Yusuf. Por lo tanto sayyedina Musa nació después de que los hermanos de sayyedina Yusuf y su padre sayyedina Ya’qub se habían establecido en Egipto.

La Tribu de Israel se había vuelto una clase social de esclavos en Egipto la cual gobernaba el Firaun (el Faraón) y sus magos. Como tantos de las tales llamadas grandes civilizaciones antes de ellos, la sociedad de Egipto en estos tiempos era poco culta y muy ignorante. Se caracterizaba por el uso de magia (un arte en el cual los magos de Firaun eran muy hábiles).

La sociedad del antiguo Egipto en estos tiempos estaba formada de la misma manera como sus pirámides las cuales eran construidas usando la labor de esclavos que eran de la Tribu de Israel: En la punta más alta de la pirámide gobernaba el Faraón y sus magos; debajo de ellos estaban cuidadosamente estructuradas las clases sociales, cuyo grado de influencia disminuía; hasta llegar al nivel más bajo de la sociedad donde estaban los esclavos cuyo trabajo barato sostenía las necesidades de todos los que estaban arriba.

Como tantas tales llamadas grandes civilizaciones antes de ellos, la mayoría de la gente en Egipto en esos tiempos eran adoradores de ídolos (adoraban todo lo que percibían como fuente de poder, sin darse cuenta que Dios es la Fuente de todo el poder.

Mucha gente en esta sociedad, incluyendo al mismo Faraón, creían que el Faraón era quien era todo poderoso, y que era él quien era dios, como lo demuestran estos ayat de Surat an-Nazi’at: “¿Te ha llegado la historia de Musa? Cuando tu Señor lo llamó en el valle purificado de Tuwa: ¡Ve a Firaún que ha ido más allá de los límites!

Y díle: ¡Te llamó a que te purifiques, y a que te dejes guiar hacia tu Señor y tengas temor de Él! Y le hizo ver el mayor de los signos. Pero negó la realidad y desobedeció, luego se desentendió y siguió con lo suyo. Y convocó y proclamó diciendo: Yo soy vuestro señor supremo. Pero Dios lo agarró con el castigo ejemplar de la Última Vida y de la Primera. En eso hay un aviso para quien tenga temor (de su Señor).” (79.15-26)

Fue en esta sociedad que sayyedina Musa, y su hermano sayyedina Harun, la paz sea con ellos (quienes son conocidos por los Judíos y Cristianos como el Profeta Moisés y su hermano Aarón) nacieron.

El Corán deja absolutamente claro que ambos, sayyedina Musa y sayyedina Harun, eran Profetas: “Y recuerda en el Libro a Musa, él estaba entregado y fue mensajero y profeta. Lo llamamos desde la ladera derecha del monte y hablándole en confidencia lo acercamos a Nos. Y le concedimos por Nuestra Misericordia a su hermano Harún como profeta.” (19.51-53).

Y también: “Es verdad que ya les dimos a Musa y a Harún la Distinción y una iluminación y un recuerdo para los que tuvieran temor (de Dios). Esos que temen a su Señor sin haberle visto y están temerosos de la hora.” (21:48-49).

Y, después de haber descrito a sayyedina Nuh y los Mensajeros que le siguieron, la paz sea con él y ellos: “Después enviamos a Musa y a su hermano Harún, con nuestros signos y un poder visible; a Firaún y a su corte, pero ellos se llenaron de soberbia y fueron altivos. Dijeron: ¿Cómo vamos a creer en dos seres humanos como nosotros cuyo pueblo es esclavo nuestro? Negaron la verdad que decían y fueron destruidos. Y le dimos el Libro a Musa para que pudieran guiarse.” (23:45-49).

Y también: “Luego dimos a Musa el Libro como culminación para quien hiciera el bién, aclaración de todas las cosas y guía y misericordia. Y para que tal vez así creyeran en el encuentro con su Señor.” (6:154).

Y también: “Es verdad que le dimos a Musa el Libro y le asignamos a su hermano Harún como asistente. Y dijimos: ¡Id a la gente que niega la verdad de Nuestros signos! Los aniquilamos a todos.” (25.35-36).

Ya que Faraón estaba enterado que había sido pronosticado que un Profeta iba a nacer entre la Tribu de Israel en cierto tiempo (y que tal hombre inevitablemente retaría su poder y autoridad) él ordenó que todos los hijos que nacieron de las mujeres de la Tribu de Israel durante ese tiempo fueran matados.

Fue durante el tiempo de esta matanza que la madre de sayyedina Musa fue inspirada por Dios en poner a su recién nacido hijo en un cesto y que lo dejara flotar con la corriente del río Nilo, con la esperanza que el río lo llevara a un lugar seguro: “Te vamos a contar, con la verdad, parte de las noticias de Musa y de Firaún, para la gente que cree. Realmente Firaún fue un tirano altivo en la tierra.

Dividió a sus habitantes en clases y subyugó a una parte de ellos, degolló a sus hijos y dejó vivir a las mujeres. Era un corruptor.

Y quisimos favorecer a los que habían sido subyugados en la tierra, hacerlos dirigentes y convertirlos en los herederos.

Les dimos sitio en la tierra y en ellos le hicimos ver a Faraón, a Haman* y a sus huestes lo que se temían. *(Un ministro o un general de Firaún).

E inspiramos a la madre de Musa: Amamántalo y cuando temas por él, déjalo en el río, y no temas ni te entristezcas porque te lo devolveremos y haremos de él uno de los enviados.

Y lo recogió la familia de Faraón para que fuera para ellos un enemigo y un motivo de tristeza; verdaderamente Firaún, Haman y sus ejércitos estaban descarriados.

Y dijo la mujer de Firaún: Será fresco para mis ojos y para los tuyos, no lo matéis, puede ser que nos beneficie o lo adoptaremos como hijo. Pero ellos no se daban cuenta.

Y la madre de Musa se quedó vacía en lo más hondo y a punto estuvo de revelarlo de no haber sido porque reconfortamos su corazón para que fuera de los creyentes.

Le dijo a su hermana: sigue su rastro; y entonces lo vio desde un lugar apartado sin que se dieran cuenta.

Hasta entonces no habíamos permitido que ninguna nodriza pudiera amamantarlo, entonces dijo: ¿Queréis que os indique una familia que puede cuidarlo para vosotros criándolo bien?

Y así se lo devolvimos a su madre para consuelo de sus ojos y para que no se entristeciera y supiera que la promesa de Dios es verídica.

Sin embargo la mayoría de ellos no saben. Y cuando hubo alcanzado la madurez y tomó su forma, le dimos juicio y conocimiento. Así recompensamos a los que hacen el bién.

Y en un momento de descuido de sus habitantes entró en la ciudad y encontró en ella dos hombres luchando, uno era de los suyos y el otro era un enemigo; entonces el que era de los suyos le pidió ayuda contra el que era de sus enemigos y Musa lo golpeó con el puño acabando con él.

Dijo: Esto es un acto del Shaytán, realmente él es un claro enemigo que extravía.

Dijo: Señor mío, he sido injusto conmigo mismo, perdóname. Y lo perdonó, es cierto que Él es el Perdonador, el Compasivo.

Dijo: ¡Señor mío, puesto que me has concedido esta gracia no seré más auxiliador de los malhechores!

Y amaneció en la ciudad medrosa y vigilante. Entonces el que el día anterior le había pedido ayuda le pidió socorro a voces. Musa le dijo: Eres un perdido sin ninguna duda.

Y cuando se disponía a agredir al que era enemigo de ambos, éste dijo: ¡Musa! ¿Acaso quieres matarme como hiciste con uno ayer? ¿Es que únicamente deseas ser un tirano en vez de mejorar las cosas?

Y vino un hombre corriendo desde la parte más alejada de la cuidad, y dijo: ¡Musa! Los magnates están conspirando contra ti, vete pues, yo soy para ti un consejero.

Y salió de ella medroso y alerta, dijo: ¡Señor mío! Sálvame de la gente injusta.

Y mientras iba en la dirección de los Madyan, dijo: Puede que mi Señor me guíe al camino recto.

Y cuando llegó a la aguada de los Madyan encontró a un grupo de gente abrevando a sus rebaños  y apartadas de ellos a dos mujeres que mantenían a su ganado alejado, les dijo: ¿Qué os pasa? Dijeron: No podremos abrevar hasta que se vayan los pastores, nuestro padre es muy anciano.

Entonces abrevó para ellas retirándose al terminar a la sombra.

Y dijo: ¡Señor mío! Realmente me hallo en necesidad de que hagas descender algún bien.”
(Se dice que cuando sayyedina Musa primero llegó a los pozos de Madyan, estaba tan flaco que se podían ver vegetales verdes en su estómago.)

“Y vino a él una de las dos caminando con pudor, dijo: Mi padre te invita para compensarte que hayas abrevado para nosotras.

Y cuando llegó a su presencia y le contó su historia, dijo: No temas, estás a salvo de la gente injusta.

Dijo una de ellas: ¡Padre! Tómalo como asalariado pues nadie mejor que él, fuerte y digno de confianza, para contratar sus servicios.

Dijo: Quiero casarte con una de mis hijas a cambio de que trabajes para mí durante ocho años, aunque si culminas hasta diez será cosa tuya, no quiero hacértelo difícil; si Dios quiere encontrarás que soy justo.

Dijo: Esto es algo entre tú y yo; y cualquiera de los dos plazos que cumplas no me causará ningún perjuicio. Dios es Garante de lo que decimos.” (28:3-28).

Sayyedina Musa por lo tanto se casó con una de las hijas del anciano, y se quedó en Madyan por el tiempo del que se pusieron de acuerdo. Se dice que el padre de la esposa de Musa era sayyedina Shu’aib, quien (como ya dijimos) era descendiente de sayyedina Ibrahim por medio de Madyan, pero no por medio de Isma’il o Ishaq, la paz sea con todos ellos. Cuando sayyedina Musa había completado su plazo en Madyan, se fue con su familia, y fue entonces que se enteró que era Profeta: “Y habiendo Musa concluido el plazo y partido con su familia, distinguió en la ladera del Monte un fuego y dijo a su familia: ¡Esperad! He visto un fuego y quizás pueda volver con alguna noticia o con algún tizón con el que podáis calentaros.

Y cuando llegó a él, una voz lo llamó desde el margen derecho del valle en el lugar bendito en la dirección del árbol: ¡Musa, Yo soy Dios el Señor de los mundos!

¡Tira tu bastón! Y al verlo reptar como una víbora se apartó espantando sin volverse atrás. ¡Musa! Ven y no temas, tú eres de los que están a salvo.

Desliza tu mano por el escote y saldrá blanca sin que tenga ningún mal. Y apriétate el pecho con la mano para vencer el miedo. Estas son las dos pruebas de tu Señor para Firaún y su corte, realmente son gente corrupta.

Dijo: ¡Señor! Maté a uno de ellos y temo que me maten.

Y mi hermano Harún se expresa con más soltura y claridad que yo, envíalo conmigo como ayudante que confirme mis palabras, pues realmente temo que me desmientan.

Dijo: Fortaleceremos tu brazo con tu hermano y os daremos autoridad de manera, que gracias a Nuestros signos, no podrán haceros nada.

Vosotros y quien os siga seréis los vencedores.

Y cuando Musa se presentó ante ellos con Nuestros signos evidentes, dijeron: ¿Qué es esto sino magia bien elaborada, no oímos hablar de esto a nuestros primeros padres? Y dijo Musa: Mi Señor sabe mejor quién ha venido con la guía de Su parte y quién obtendrá la Morada Final, verdaderamente los injustos no prosperan.

Y dijo Firaún: ¡Consejo de nobles! No sé qué tengáis otro dios que yo, así pues Haman cuece barro para mí y hazme una torre para que pueda subir hasta el dios de Musa, pues realmente lo tengo por mentiroso.

Y se llenó de soberbia en la tierra junto con sus ejércitos, fuera de la verdad. Y pensaron que no habrían de volver a Nos.

Entonces lo agarramos a él y a sus ejércitos y los arrojamos al mar; mira cómo acabaron los injustos.

Los habíamos hecho dirigentes cuya llamada conducía al Fuego.

Y en la vida del mundo los hicimos que les siguiera una maldición. El Día del Levantamiento formará parte de los que serán desfigurados.

Y después de haber destruido a las primeras generaciones le dimos el Libro a Musa para que los hombres pudieran ver, y como guía y misericordia para que pudieran recordar.

Y no estabas en la ladera occidental cuando comprometimos a Musa con Nuestro mandato, ni eras uno de los que estaban presentes.

Sin embargo suscitamos generaciones que tuvieron larga vida. Y tú no estuviste viviendo entre los Madyan recitándoles Nuestros signos, pero Nosotros te hemos hecho mensajero.

Ni estabas en la ladera del Monte cuando hicimos la llamada, sino que es una misericordia de tu Señor para que adviertas a aquellos a los que no les llegó antes de ti ningún advertidor, tal vez recuerden.

Para que no dijeran, si a causa de los que sus manos presentaban les venía alguna desgracia: Señor nuestro ¿Por qué no nos enviaste algún mensajero para que hubiéramos podido seguir Tus signos y haber sido creyentes?

Pero cuando les ha llegado la verdad procedente de Nos, han dicho: ¿Por qué no se le ha dado algo como lo que se le dio a Musa? ¿Acaso no habían negado antes lo que le fue dado a Musa? Dicen: Son dos magos confabulados, no creemos en ninguno de ellos.” (28.29-48).

Diferentes aspectos de la vida de sayyedina Musa también son relatados con más detalle o con más énfasis en muchos otros lugares del Corán. Por ejemplo, el punto cuando sayyedina Musa fue informado por primera vez de que él era Profeta (al igual con lo que pasó posteriormente) también es descrito en Surat An-Naml: “Cuando Musa dijo a su familia: He divisado un fuego, alguna noticia o alguna brasa encendida para que os podáis calentar; os traeré de él. Y cuando llegó a él, una voz lo llamó: ¡Bendito sea todo aquel que esté donde este fuego y quien esté a su alrededor y gloria a Dios el Señor de todos los mundos!

¡Musa! Yo soy Dios el Poderoso, el Sabio. Tira tu vara. Y cuando la vió reptar como si fuera una serpiente se alejó dando la espalda sin volverse.

¡Musa! No temas, los enviados no temen ante Mí.

Pero sí quien haya sido injusto, a menos que reemplace el mal por el bién pues es cierto que Dios es Perdonador y Compasivo.

E introdúcete la mano en el escote y saldrá blanca, sin tener ningún mal, como parte de los nueve signos dirigidos a Firaún y a su gente. Realmente son gente descarriada.

Y cuando les llegaron Nuestros signos evidentes dijeron: Esto es pura magia.

Pero los negaron, en contra de la certeza que sus almas tenían sobre ellos, por injusticia y arrogancia. Mira cómo acabaron los corruptores”. (27.7-14).

La hora cuando fue informando por primera vez sayyedina Musa que era Profeta – y lo que ocurrió en consecuencia – también es descrito en Surah Ta-Ha: “¿Te ha llegado el relato de Musa? Cuando vio un fuego y dijo a su familia: permaneced aquí, he divisado un fuego y tal vez pueda traeros alguna brasa o encuentre en él alguna guía. Y cuando llegó a él, oyó una llamada: ¡Musa!: Yo soy tu Señor, quítate las sandalias pues estás en el purificado valle de Tuwa.

Te he elegido, así pues pon atención a lo que se inspira: Yo soy Allah, no hay dios excepto Yo; adórame y establece la Oración para recordarme. La Hora vendrá con toda seguridad, y casi la tengo oculta para Mi mismo, para pagar a cada uno en lo que se haya esforzado.

Que no te aparte de ella quien no crea en ella y siga sus pasiones, pues te perderías. ¿Qué tienes en tu mano derecha Musa?

Dijo: Es mi bastón, en él me apoyo, con él vareo los árboles para mi ganado y en él tengo otras utilidades. Dijo: ¡Tíralo, Musa! Lo tiró y era una serpiente que reptaba con rapidez.

Dijo: Tómalo y no temas, lo devolveremos a su forma original. Ponte la mano bajo el brazo y saldrá blanca, sin que sea debido a ningún mal. Será otro signo. Es para mostrarte parte de Nuestros grandes signos. Ve a Firaún pues realmente él ha sobrepasado todo límite.

Dijo: Señor mío, abre mi pecho, haz fácil mi misión y desata el nudo de mi lengua para que puedan comprender lo que digo.

Y dame alguien de mi familia que me asista. A mi hermano Harún. Fortalece me espalda con él. Y asóciale a mi misión para que Te glorifiquemos mucho. Y te recordemos mucho. Es cierto que Tú nos vez.

Dijo: Tu petición te ha sido concedida, Musa. Ya te habíamos agraciado en otra ocasión, cuando inspiramos a tu madre lo que le fue inspirado: Ponlo en la canasta y déjalo en el río, el río lo arrojará a la orilla y será recogido por un enemigo Mío y suyo. Deposité en ti amor procedente de Mí para que te criaras bajo Mi mirada. Cuando fue tu hermana y dijo: ¿Queréis que os muestre quién puede criarlo? Y te devolvimos a tu madre para consuelo de sus ojos y para que no se entristeciera. Y mataste a una persona y te salvamos del aprieto poniéndote a prueba.

Estuviste unos años entre la gente de Madyan y luego, por un decreto, viniste, Musa. Y te elegí para Mí.¡Id tú y tu hermano llevando Mis signos y no flaqueéis en recordarme! Id los dos a Firaún pues él ha sobrepasado todo límite. Y habladle de manera suave, tal vez recapacite y se guarde.

Dijeron: Señor nuestro, tememos que se precipite contra nosotros o abuse. Dijo: No temáis, Yo estaré con vosotros oyendo y viendo. ¡Id a él! Y decidle: Somos mensajeros de tu Señor, deja ir con nosotros a los hijos de Israel y no los castigues, hemos venido a ti con un signo de tu Señor. Y que la paz sea con quien siga la guía. Verdaderamente se nos ha inspirado que el castigo caerá sobre el que desmienta y se aparte.

Dijo: ¿Y quién es vuestro Señor, Musa? Dijo: Nuestro Señor es Aquel que ha dado a cada cosa su creación y luego la ha encaminado. Dijo: ¿Y qué me decís de las generaciones anteriores? Dijo: Su conocimiento está junto a mi Señor en un Libro. A mi Señor no se le escapa nada ni olvida.

Él os ha puesto la tierra como asiento y os ha trazado en ella caminos. Hace descender agua desde el cielo para que con ella broten especies de plantas diversas.

¡Comed y apacentad vuestros rebaños! Es cierto que en ello tenéis signos para los que poseen inteligencia. De ella os creamos, a ella os devolveremos y de ella os haremos salir de nuevo. Y realmente le hicimos ver Nuestros signos todos, pero negó su verdad y no quiso saber nada.

Dijo: ¿Habéis venido a nos para echarnos de nuestra tierra con tu magia Musa? Vamos a traerte una magia similar, fija una cita entre nosotros a la que ni tú ni nosotros faltaremos y que sea en un lugar intermedio.

Dijo: La cita que pedís será el día de fiesta; que la gente se reúna por la mañana. Firaún dio la espalda y reunió su estratagema, luego acudió.

Musa les dijo: ¡Ay de vosotros! No inventéis ninguna mentira contra Allah pues Él os destruiría con un castigo. Verdaderamente todo el que fabrica falsedades fracasa.

Entonces deliberaron entre ellos su plan y guardaron secreto. Dijeron: Realmente estos son dos magos que quieren echaros de vuestra tierra con su magia a acabar así con vuestra forma de vida sin igual. Así pues reunid vuestra astucia y luego venid en filas. Hoy, quien sobresalga, triunfará.

Dijeron: ¡Musa! Tira tú o lo haremos nosotros primero. Dijo: ¡Tirad! Y entonces sus cuerdas y bastones, por la magia que habían utilizado, le crearon la ilusión de que reptaban.

Y Musa sintió miedo en su interior. Dijimos: No tengas miedo, tú eres el más alto. Arroja lo que tienes en la mano derecha y se tragará lo que han manipulado, pues no es más que un truco de mago y el que usa la magia, venga de donde venga, no tendrá éxito.

Entonces los magos cayeron postrados y dijeron: ‘Creemos en el Señor de Harún y Musa’. Dijo: ¿Creéis en él sin que yo os haya dado permiso? Ahora veo que él es vuestro maestro, el que os ha enseñado la magia. Os cortaré una mano y un pie del lado contrario y os crucificaré en un tronco de palmera: Así sabréis de verdad quién de nosotros castiga con más severidad y duración.

Dijeron: No te preferimos a las evidencias que nos han llegado y a Quién nos creó, decide pues lo que tengas que decidir pues tú sólo decides en esta vida de aquí.

Nosotros creemos en nuestro Señor para que nos perdone las faltas y la magia a la que nos forzaste. Allah es mejor y permanece. Es cierto que quien llega hasta su Señor siendo de los que han hecho el mal, tendrá Yahanam donde ni vivirá ni morirá.

Pero quien llegue al siendo creyente y habiendo practicado las acciones de rectitud tendrán los grados más altos. Los jardines de Adn por cuyo suelo corren ríos, allí serán inmortales. Esa es la recompensa de quien se purifica.

Verdaderamente inspiramos a Musa: Vete de noche llevándote a Mis siervos y ábreles un camino seco en el mar y no tengas miedo de que te alcancen ni tengas temor.

Firaún los siguió con sus ejércitos y ¡Cómo los cubrió el mar! Firaún extravió a su gente y no la guió. ¡Hijos de Israel! Os salvamos de vuestro enemigo y os dimos cita en la ladera derecha del monte e hicimos que descendiera sobre vosotros el maná y las codornices.

¡Comed! de las cosas buenas que os damos como provisión y no abuséis de ello, pues entonces desataría Mi enojo sobre vosotros y aquel sobre quién se desata Mi enojo cae en lo más bajo. Y es cierto que Yo soy Indulgente con el que se vuelve a Mi, cree, actúa con rectitud y se guía.” (20.9- 82).

Mientras que sayyedina Musa estaba recibiendo revelación de Allah en el Monte Tur, la paz sea con él, fue probada la fe de la Tribu de Israel en su ausencia: “¿Y qué te hizo adelantarte a tu gente, Musa? Dijo: Ellos iban siguiendo mis huellas y me adelanté a Tu encuentro, Señor, buscando Tu complacencia.

Dijo: Es cierto que, en tu ausencia, hemos puesto a prueba a tu gente y el Samirí los ha extraviado.

Entonces Musa regresó a su gente enojado y dolido, y dijo: ¡Gente mía! ¿Acaso no os hizo vuestro Señor una hermosa promesa? ¿Se os ha hecho largo el plazo o es que queréis que el enojo de vuestro Señor caiga sobre vosotros? Habéis incumplido lo que me prometisteis.

Dijeron: No hemos faltado a la promesa que te hicimos por iniciativa propia sino que nos hicieron cargar el peso de las alhajas de la gente y las arrojamos como hizo el Samirí*.

*[Es decir las arrojaron al fuego para fundirlas y hacer con ello el becerro de oro, animados por el Samirí.]

Y les hizo una figura de un becerro que mugía. Dijeron: Este es vuestro dios y el dios que Musa olvidó. ¿Es que no veían que no les contestaba ni tenía el Poder de perjudicarles o beneficiarles?

Harún ya les había advertido: ¡Gente mía! Con esto sólo se os está poniendo a prueba, realmente vuestro Señor en Misericordioso, seguidme y obedeced lo que os mando.

Dijeron: No vamos a cesar de estar dedicados a su culto hasta que no regrese Musa a nosotros.

Dijo: ¡Harún! ¿Qué te impidió seguirme al ver que se extraviaban? ¿Es que desobedeciste mi orden?

Dijo: ¡Hijo de mi madre! No me agarres por la barba ni por la cabeza, de verdad que temí que dijeras: Has creado separación entre los hijos de Israel y no has esperado mi palabra.

Dijo: Y tú Samirí, ¿qué tienes que decir? Dijo: He visto lo que ellos no ven, así que he tomado un puñado de la tierra en la que dejó sus huellas el mensajero y lo he arrojado. Esto es lo que me ha sugerido mi alma*.

*[El Samirí vió el caballo de Yibril, que es el mensajero aquí mencionado, y fue inspirado en su ánimo: Si tomas un puñado de tierra de la huella de este caballo y lo arrojas sobre algo se convertirá en lo que quieras. Los Judíos habían tomado las joyas de la familia de Firaún y las habían fundido, entonces el Samirí arrojó sobre ello un puñado de tierra de las huellas del caballo de Yibril y tomó la forma de un becerro que mugía.]

Dijo: ¡Vete! Durante toda tu vida tendrás que decir: No me toques*. Y tienes una cita a la que no faltarás. Mira a tu dios, ése al que te entregaste, lo quemaremos y esparciremos sus cenizas por el mar.

Ciertamente vuestro dios no es sino Allah, no hay más dios que Él, abarca todas las cosas con Su conocimiento. Así es como te contamos algunas de las noticias de lo que pasó antes. Te hemos dado un recuerdo procedente de Nos.” (20.83-99).

*[Musa le impuso como castigo no poder tocar a nadie ni acercarse a nadie.]

La reacción de Firaún y sus jefes a las señales que trajo Musa esta registrado también en Surah Az-Zakhruf: “Y así fue como enviamos a Musa con Nuestros signos a Firaún y su consejo, y dijo: Yo soy el mensajero del Señor de los mundos. Pero cuando les trajo Nuestros signos, se rieron de ellos.

A pesar de que no les mostramos ningún signo que no fuera mayor que su compañero. Y los sorprendimos con el castigo para que pudieran volverse, arrepentidos.

Dijeron: ¡Eh tú mago!, pide por nosotros a tu Señor en virtud de lo que ha pactado contigo y nosotros seguiremos la guía. Pero cuando les levantamos el castigo no cumplieron.

Y llamó Firaún a su gente, dijo: ¡Gente mía! ¿Acaso no me pertenece la soberanía de Misr y estos ríos que corren a mis pies? ¿Es que no véis? ¿Acaso no soy yo mejor que éste, que es insignificante y apenas puede explicarse?

¿Cómo es que no ha recibido ningún brazalete de oro o han venido con él los ángeles en grupo?

Buscó el punto débil de su pueblo y le obedecieron, realmente era gente descarriada. Y cuando causaron Nuestro enojo, nos vengamos de ellos y los ahogamos a todos. E hicimos de ellos un precedente y un ejemplo para los que vinieran después.” (43.46-56).

La confrontación inicial entre sayyedina Musa y Firaún, y en lo subsiguiente que ocurrió, también es descrito en Surat al-‘Araf. Después de describir lo que le pasó a la gente que rechazó a los Profetas anteriores – la gente de los pueblos – Allah dice: “Luego, una vez pasados éstos, enviamos a Musa con Nuestros signos a Firaún y a los suyos que los negaron injustamente. Y mira cómo acabaron los corruptores.

Dijo Musa: ¡Firaún! Soy un mensajero del Señor de los mundos, y soy verdadero. Tengo la obligación de no decir sobre Allah sino la verdad. Habéis tenido evidencias de vuestro Señor, así que dejad que vengan conmigo los hijos de Israel.

Dijo: Si has traído un signo, muéstralo si es que dices la verdad. Entonces arrojo su vara y fue una serpiente claramente visible. Y se sacó la mano y esta apareció blanca ante los que miraban.*

*[Como muestra más de lo que decía, se sacó la mano del interior de sus vestidos y ésta apareció con una luz resplandeciente alumbrando el espacio entre el cielo y la tierra.]

Dijeron los principales de la gente de Firaún: Ciertamente es un mago experto que quiere expulsarlos de vuestra tierra. ¿Qué es lo que deliberáis pues?

Dijeron: Retenedlos a él y a su hermano y envía reclutadores por las ciudades que le traigan a todos los magos expertos. Y vinieron los magos de Firaún diciendo: ¿Seremos recompensados si somos vencedores?

Dijo: Sí, y estaréis entre los próximos a mí.  Dijeron: ¡Musa! Arroja tú o lo haremos nosotros. Dijo: Arrojad vosotros. Y al hacerlo, hechizaron los ojos de la gente, los llenaron del miedo y produjeron una magia prodigiosa.  Pero inspiramos a Musa: ¡Arroja tu vara! Y se tragó lo que habían falseado.

Así prevaleció la verdad y se desvaneció lo que habían hecho. Allí fueron vencidos y quedaron empequeñecidos.

Entonces los magos cayeron postrados. Y dijeron: Creemos en el Señor de los mundos. El Señor de Musa y de Harún.

Dijo Firaún: ¿Habéis creído en él sin que yo os haya dado permiso? Realmente se trata de una estratagema que habéis urdido en la ciudad para sacar de ella a sus habitantes, pero váis a saber.

Os cortaré una mano y un pie del lado contrario y luego os crucificaré a todos. Dijeron: Verdaderamente hemos de volver a nuestro Señor.

Te vengas de nosotros sólo porque cuando llegaron los signos de nuestro Señor creímos en ellos. ¡Señor nuestro! Derrama sobre nosotros paciencia y llévanos a Ti, estándote sometidos.

Y dijeron los principales de Firaún: ¿Vas a permitir que Musa y su gente corrompan la tierra y te abandonen a ti y a tus dioses? Dijo: Mataremos a sus hijos y dejaremos con vida a sus mujeres y en verdad que nos impondremos sobre ellos.

Dijo Musa a su gente: Buscad ayuda en Allah y tened paciencia, pues es cierto que la tierra pertenece a Allah y la heredarán aquellos de Sus siervos que Él quiera. Y el buen fin es de los que temen (a Allah).

Dijeron: Hemos sufrido antes de que tú vinieras a nosotros y también después. Dijo: Puede que vuestro Señor destruya a vuestros enemigos y haga que les sucedáis en la tierra para ver cómo actuáis.

Y castigamos a la familia de Firaún con los años de sequía y esterilidad y la falta de frutos para que tal vez recapacitaran.

Y cuando les venía un bien decían: Ésto es por nosotros; pero si les sobrevenía algún mal, lo atribuían al mal agüero de Musa y a los que con él estaban. ¿Acaso su mal agüero no estaban junto a Allah? Sin embargo, la mayoría de ellos no sabía.

Y dijeron: Sea cual sea el signo que nos traigas para hechizarnos con él, no te vamos a creer. Y enviamos contra ellos el diluvio, la langosta, los piojos, las ranas y la sangre como signos claros, pero se llenaron de soberbia y fueron gente de mal.

Pero cuando hubo caído sobre ellos el castigo, dijeron: ¡Musa!: Ruega por nosotros a tu Señor según lo que acordó contigo. Si apartas de nosotros este castigo, te creeremos y dejaremos ir contigo a los hijos de Israel.

Pero cuando los libramos del castigo durante un tiempo fijado y el plazo cumplió, ellos no cumplieron. Nos vengamos de ellos y los ahogamos en el mar por haber tachado de mentira Nuestros signos y haber sido insensibles a ellos.

Así hicimos que los que habían sido subyugados antes, heredaran los orientes y los occidentes de la tierra que habíamos bendecido. Y la hermosa palabra que tu Señor había dado a los hijos de Israel se cumplió. Porque fueron pacientes. Y destruimos lo que Firaún y su gente habían hecho, así como lo que habían erigido.

E hicimos que los hijos de Israel cruzaran el mar. Hasta que llegaron a una gente entregada a la devoción de unos ídolos que tenían. Dijeron: ¡Musa! Queremos que nos busques un dios, igual que ellos tienen dioses. Dijo: Realmente sois gente ignorante.

La verdad es que aquello a lo que están dedicados es perecedero y es inútil lo que hacen. Dijo: ¿Deseáis tener otro dios que Allah cuando Él os ha favorecido sobre todos los mundos?

¿Y cuando os salvó de la gente de Firaún que os atormentaba con el peor de los castigos, al matar a vuestros hijos y dejar con vida a vuestras mujeres? Ahí sí que tenías una gran prueba que vuestro Señor os ponía.

Emplazamos a Musa durante treinta noches que completamos con diez más, de manera que el tiempo que determinó su Señor fueron cuarenta noches.

Dijo Musa a su hermano Harún: Ocupa mi lugar entre mi gente, pon orden y no sigas el camino de los corruptores.

Y cuando Musa vino a Nuestra cita y su Señor le habló, dijo: ¡Señor mío! Muéstrate ante mí para que pueda verte; dijo: No Me verás, pero mira el monte y si permanece en su sitio entonces Me verás.

Y cuando su Señor se manifestó al monte lo pulverizó y Musa cayó fulminado. Al volver en sí, dijo: ¡Gloria a Ti! A Ti me vuelvo y soy el primero de los creyentes.

Dijo: ¡Musa! Verdaderamente te he escogido por encima de los hombres, dándote Mi mensaje y Mi palabra, así que toma lo que te he dado y se de los agradecidos.

Y escribimos para él, en las Tablas, una exhortación y una explicación de todo. ¡Tómalo con fuerza! y ordena a tu gente que tomen lo mejor de ellas. Os mostrare la morada de los pervertidos.

Alejaré de Mis signos a quienes se llenan de soberbia en la tierra sin razón; ésos que aunque vean todo tipo de signos, no creen en ellos y aunque vean el camino de la guía recta no lo toman como camino, pero que si ven el camino de la perdición, lo toman como camino. Éso es porque han negado la verdad de Nuestros signos y son indiferentes a ellos.

Y los que niegan la verdad de Nuestros signos y el encuentro de la Última Vida, sus obras serán inútiles. Y es que acaso se les pagará por otra cosa que no sea lo que hayan hecho?

Pero durante la ausencia de Musa, su gente se hizo, a partir de las joyas que tenían, el cuerpo de un becerro que mugía. ¿Pero es que no veían que ni les hablaba ni les guiaba por ningún camino? Lo tomaron (como dios) y fueron injustos.

Y cuando se echaron atrás y vieron que se habían extraviado dijeron: Si nuestro Señor no tiene compasión de nosotros y no nos perdona, estaremos perdidos.

Entonces Musa regresó a su gente, enojado y entristecido y dijo: ¡Qué mal me habéis sustituido en mi ausencia! ¿Queréis apremiar el mandato de vuestro Señor?

Y arrojó las Tablas, agarró de la cabeza a su hermano y lo arrastró atrayéndolo hacía sí, y Éste dijo: ¡Hijo de mi madre! La verdad es que pudieron conmigo y casi me matan no hagas que se alegren por mí los enemigos ni me tengas por injusto.

Dijo: ¡Señor mío! Perdónanos a mí y a mí hermano y haznos entrar en Tu misericordia, pues Tú eres el más Misericordioso de los misericordiosos.

En verdad que a quienes tomaron el becerro, les alcanzara la cólera de su Señor y una humillación en este mundo así es como pagamos a los que inventan.

Y los que hagan el mal y luego, después de haberlo hecho, se echan atrás y crean; es cierto que tu Señor, a pesar de lo que hicieron, es Perdonador y Compasivo.

Y cuando se hubo calmado el enojo de Musa, tomó de nuevo las Tablas en cuya escritura hay guía y misericordia para los que temen a su Señor.

Musa había elegido a setenta hombres de su gente para la cita fijada con Nosotros. Y después de haber sido arrebatados por el temblor fulminante, dijo: ¡Señor mío! Si hubieras querido los habrías destruido anteriormente incluyéndome a mí.

¿Nos vas a destruir por lo que han hecho los ignorantes de entre nosotros? Ésto no es sino Tu prueba con la que extravías a quien quieres y guías a quien quieres. Tú eres Nuestro Protector perdónanos y ten compasión de nosotros. Tú eres el mejor de los perdonadores.

Y escribe para nosotros lo bueno en esta vida y en la Última pues hemos sido guiados a Ti. Dijo: Aflijo con Mi castigo a quien quiero y Mi misericordia abarca todas las cosas y la escribiré para los que sean temerosos, para los que entreguen el zakat (la purificación de sus bienes) y para los que crean en Nuestros signos.” (7.103-156).

También hay una referencia sobre la confrontación entre sayyedina Musa y Faraón y sus magos en Surah Ash- Shu’ara: “Cuando tu Señor llamó a Musa: ¡Ve a donde la gente injusta! La gente de Firaún. ¿Es que no van a ser temerosos?

Dijo: Señor, temo que me tachen de mentiroso y mi pecho se estreche y mi lengua no se suelte, envía conmigo a Harún.

Ellos me reclaman un delito y temo que me maten. Dijo: En absoluto. Id ambos con Nuestros signos, que estaremos junto a vosotros escuchando. Presentaos ante Firaún y decidle: Somos portadores de un mensaje del Señor de los mundos para que dejes ir con nosotros a los hijos de Israel.

Dijo: ¿Acaso no te criamos con nosotros cuando eras niño y permaneciste entre nosotros años de tu vida e hiciste lo que hiciste convirtiéndote en un renegado?

Dijo: Cuando lo hice estaba entre los extraviados. Y al sentir miedo huí de vosotros, entonces mi Señor me concedió juicio y me hizo uno de los enviados. Y éste es el favor que tú me hiciste: Esclavizar a los hijos de Israel.

Dijo Firaún: ¿Y quién es el Señor de los mundos? Dijo: El Señor de los cielos y de la tierra y de lo que hay entre ambos, si tuvierais certeza. Dijo a quienes estaban a su alrededor: ¿Habéis oído? Dijo: Es vuestro Señor y el Señor de vuestros primeros padres. Dijo verdaderamente vuestro mensajero, el que os ha sido enviado, es un poseso. Dijo: El Señor del oriente y del occidente y de lo que hay entre ambos, si comprendierais. Dijo: Si tomas otro dios que yo, te dejare entre los prisioneros. Dijo: ¿Incluso si te traigo algo evidente? Dijo: Tráelo, si eres de los que dicen la verdad.

Y arrojó su vara, y entonces fue una serpiente evidente. Sacó su mano y fue blanca para los que lo presenciaban.

Le dijo al consejo de nobles que estaba a su alrededor: Realmente es un mago experto que quiere haceros salir de vuestra tierra con su magia, ¿Qué deliberáis?

Dijeron: Dales un plazo a él y a su hermano y manda reclutadores a las ciudades que te traigan a todo mago experto.

Y se reunieron los magos en el lugar de la cita, el día fijado. Se dijo a la gente: ¿Os reuniréis? Tal vez sigamos a los magos si son los vencedores.

Y cuando los magos se presentaron, le dijeron a Firaún: ¿Tendremos alguna recompensa si somos los vencedores?

Dijo: Sí; si es así estaréis entre los próximos (a mí). Les dijo Musa: Arrojad lo que arrojéis. Y arrojaron sus cuerdas y varas diciendo: ¡Por el poder de Firaún, seremos los vencedores!

Y arrojó Musa su bastón y se tragó la mentira que habían creado. Entonces cayeron los magos postrados. Dijeron: Creemos en el Señor de los mundos, el Señor de Musa y de Harún.

Dijo: ¿Creéis en él sin mi permiso? Él es, en verdad vuestro cabecilla el que os ha enseñado la magia, pero váis a saber: Os cortaré la mano y el pie contrarios y os crucificaré a todos.

Dijeron: No hay mal, pues verdaderamente hemos de volver a nuestro Señor. Realmente esperamos con anhelo que nuestro Señor nos perdone las faltas por haber sido los primeros creyentes. E inspiramos a Musa: Sal de noche con Mis siervos pues seréis perseguidos.

Y envió Firaún reclutadores a las ciudades: estos no son más que un pequeño número, y ciertamente nos han enfurecido. Somos una sociedad que está en guardia. Así los sacamos de jardines y manantiales, Y de tesoros y de una noble posición. Así fue. Y se lo dimos en herencia a los hijos de Israel.

Y los persiguieron al salir el sol. Cuando ambos grupos se divisaron, dijeron los compañeros de Musa: Hemos sido alcanzados.

Dijo: No, mi Señor está conmigo y Él me guiará. E inspiramos a Musa: Golpea con tu vara en el mar. Y se abrió, y cada lado era como una enorme montaña. Y atrajimos allí a los otros. Salvamos a Musa y a todos los que estaban con él; luego ahogamos a todos los demás.

Verdaderamente en eso hay un signo. La mayoría de ellos no eran creyentes. Y es cierto que tu Señor es el Irresistible, el Compasivo.” (26.10-68).

Ver también:

El profeta Musa (La paz sea con él) (2)

El profeta Musa (La paz sea con él) (3)

 

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